Pero detrás de cada exhumación hay multitud de historias la mayoría desconocidas para nosotros, historias de las víctimas, de sus familias marcadas desde entonces física, moral o económicamente y de las tres formas en muchos casos, historias de los participantes en el equipo de exhumación, sus familias, etc. incluso historias de sus verdugos y familiares.
El caso que nos ocupa, el llamado "cementerio de las botellas" en el fuerte San Cristóbal de Pamplona, donde tras quince días de intenso trabajo se han localizado los restos de los 131 enterrados de los que se han exhumados 37 algunos en presencia de sus familiares, lleva implícitas miles de historias detrás y alrededor pero yo quiero centrarme en una en especial: no se trata de ningún fallecido ni tampoco de ningún familiar ni siquiera del equipo habitual y habituado en exhumaciones que merecerían cada uno un capítulo aparte.
Yo quiero destacar la pequeña gran historia de "Maru".
Al enterarse de los trabajos de exhumación contactó conmigo diciéndome: "me gustaría colaborar si piensas que puedo ser útil en algo haciendo lo que sea", respondiéndole que cualquier colaboración es bienvenida dado que el campo de trabajo es extenso y sin problemas de espacio.
Comenzó el lunes y al final de la jornada le pregunté qué le había parecido contestándome con un ¡ufff..! cargado de emoción.
Durante toda la semana y en un terreno muy embarrado por las continuas lluvias, ha estado trabajando con la azada o en lo que fuese y yo diría que al límite de sus fuerzas, pasando el último día a poner al descubierto uno de los esqueletos junto con otro miembro del equipo. En un momento dado me preguntó si sabía de quién era dicho esqueleto y le contesté: sí, claro, se llamaba Agustín, y continuó todo el día limpiando con todo cuidado cada hueso de Agustín.
El fin de semana acudieron algunos familiares a presenciar la exhumación de sus allegados entre ellos los familiares de Agustín. La verdad es que las relaciones con los familiares y sus reacciones ante los restos de sus parientes están cargadas de emociones y sentimientos profundos que se contagian al resto de asistentes y así entre familiares, prensa, organización, curiosos y otras tareas apenas presté atención al resto de compañeros ni a Maru.
Cuando la situación se fue normalizando la vi muy afectada y llorosa y me acerqué dándole un abrazo mientras le comentaba: Es duro, verdad? ...pero..tanto te ha afectado?
Su respuesta, sin dejar de llorar, fue: es que al final consideraba a Agustín como si fuese mi pariente.
Esta es la pequeña gran historia que quería contar; se podrían decir muchas más cosas pero pienso que sobran las palabras.
Perdona Maru por desvelar tu fragilidad pero quería proclamar tu grandeza de corazón.
Un abrazo
5 comentarios:
gracias venencio,primero por darme esta gran oportunidad ke en lo ke me kede de vida nunca la olvidare y gracias por ese abrazo en esos momentos tan duros para mi.siempre tendras un hueco en mi"gran"corazon.si ,lo pase mal ese dia pero lo volveria a repetir una y mil veces.besos y un abrazo con todas mis fuerzas.estos dias me habeis echo sentir como parte de una gran familia.
solo me keda agradecer, una vez mas,a ese gran equipo ke es txinparta y a aranzadi el haberme acogido como una mas.
gracias maru por todo...por tu corazón, por tu entrega, por como has hecho tuyo todo el trabajo...gracias también a esos hijos que tienes que siendo apenas unos niños han comprendido muy pronto la labor que estaba haciendo su madre y se han unido a ti por completo...
pienso que el voluntariado, en estos casos, es mucho mas especial pues el trabajo es muy emotivo, duro e intenso y las emociones agotan mas que el esfuerzo físico y no todo el mundo está preparado para vivir este tipo de experiencias...
Hay much@s Maru pero esta en concreto tengo el placer de considerarme su amiga...
Transcribo correo recibido en relación al blog:
Querida Maru:
Ni te conozco ni me conoces, pero en estos momentos te siento como de mi familia.
Hoy en el blog de Txinparta he leido tu comentario acerca de las personas enterradas en el fuerte, y me has hecho emocionarme porque precisamente Agustin, los restos que has ayudado a rescatar de su fria tumba son los de mi querido abuelo.
Han sido muchos años,muchos, los que he tenido que luchar para saber donde estaban. Hoy ya he visto sus restos y sé que las personas que os habeis dedicado a sacarlo lo habéis hecho con sensibilidad, amor y cariño. En tu rostro se reflejaba la emoción
Me hubiera gustado poder estar alli junto a mi primo pero debido a que mis padres son ancianos y no con muy buena salud me lo impidió. De todas formas aunque yo haya sido la que ha buscado ayuda por todas partes para llegar hasta él, mi primo tambien es su nieto y ha ido con mucha ilusion.
Gracias de todo corazón.Un abrazo.
Matilde, nieta de Agustin
Venancio:
Transmite a todos los que habéis hecho realidad el poder recuperar les restos de nuestros queridos difuntos, mi mas sincero agradecimiento. Gracias y mil veces gracias por todo cuanto hacéis.
Un abrazo. Matilde
Os dais cuenta de que a pesar de todo lo que pasó,se está convirtiendo en una história preciosa con final feliz.Quien les iba a decir a todos los hombres que estuvieron en el Fuerte,que solo por ellos 70 años después podrian surgir amistades y palabras tan bonitas.
Salud y República
gracias venancio,tu si ke tienes un gran corazon,,,,y si ,llore otra vez pero no me importa,me invade un sentimiento de paz muy grande.
gracias, tia matilde por tus palabras,por tus sentimientos y espero poder darte ese abrazo en persona.
ke razon tienes bruji.al final es un final muy feliz por ke esas familias han recuperado parte de su historia.
y hedy ke habria hecho yo sin ti en esos momentos tan duros para mi??????
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