domingo, 13 de junio de 2010

Recuperar al padre 67 años después

Dos familias presenciaron ayer la exhumación de sus fallecidos en el fuerte-prisión de San Cristóbal



Los familiares de Augusto Garrido Soriano y Ángel Vaillo. De izda a dcha: Rosa María Fernández Garrido (nieta de Augusto Garrido), su marido, Fermín de la Cruz; Ana María Colilla y su marido, Félix Fernández Garrido (nieto); Ana Belén Fernández Garrido (nieta); Manoli Garrido Varela (hija de Augusto Garrido); las hermanas Yolanda y Carmen Andreu Vaillo (nietas de Ángel Vaillo), Sergio Segura (marido de Yolanda Andreu) y Marco Segura (bisnieto de Ángel Vaillo). Delante, Félix Fernández Garrido (marido de Manoli Garrido) e Isidro Esteban (marido de Ana Belén Fernández). B.A.H.




 B. ARMENDÁRIZ . SAN CRISTÓBAL Domingo, 13 de junio de 2010

La serenidad y la entereza no pudieron evitar que en los ojos de Manoli Garrido Varela asomaran las lágrimas al contemplar el enterramiento número 115 del bautizado como cementerio de las botellas, junto al fuerte-prisión de San Cristóbal. Allí yacían los restos de su padre, Augusto Garrido Soriano, uno de los muchos presos fallecidos por la tuberculosis en los años de la postguerra; en su caso, en 1943.

"Era pastor, pastor de ovejas, pero aprendió a leer y escribir y tenía inquietudes políticas", relata Félix Fernández Garrido, hijo de Manoli y nieto de Augusto.
Toda la familia acudió a Pamplona para ver la tumba y supervisar las labores de exhumación. Quieren, ahora que lo han encontrado, llevarlo de vuelta a su tierra, a su casa, en Gamonal (Toledo) y darle allí descanso. No obstante, aunque ayer se exhumaron los restos, no podrán tenerlos hasta septiembre. Primero, la asociación Txinparta, coordinadora de los trabajos, y la sociedad de ciencias Aranzadi realizarán estudios de los cuerpos y certificarán los datos en un informe.
Las pruebas de ADN no serán necesarias, ya que los enterramientos fueron bien documentados por el capellán del fuerte. De hecho, cada tumba incluye una botella de cristal, con un papel dentro, donde se escribieron los datos del difunto. De ahí el sobrenombre de cementerio de las botellas. En el caso de Augusto Garrido había botella, pero no papel. "Al no estar lacrada, con el tiempo el corcho y el papel se han desintegrado. Pero no hay dudas, porque se corresponde con los datos del capellán", precisan desde Aranzadi.
"Tuvo un juicio sumarísimo y le condenaron por adhesión a rebelión militar. Le dieron más de 20 años de prisión, pero sólo cumplió 3 años y medio. Murió de tuberculosis", explica su nieto, Félix Fernández. Encontrar sus restos era, reconoce, "un anhelo" de su madre. "Sabíamos que había muerto en Pamplona pero no nos dijeron dónde estaba el cuerpo; creíamos que sería en una fosa común, así que cuando nos dijeron dónde estaba no nos lo podíamos creer. No tuvimos ninguna duda de que queríamos recuperarlo", añade.
No son los únicos. De los 131 cuerpos enterrados en el cementerio de las botellas, se van a exhumar 37, a petición de las familias. Este fin de semana se realizarán las labores de recuperación de los últimos 12 cuerpos, a pesar de que las condiciones meteorológicas no han acompañado. No obstante, sólo cuatro familias se han podido desplazar hasta Pamplona.
La de Ángel Vaillo Pastor coincidió con la de Augusto Garrido. Las hermanas Yolanda y Carmen Andreu Vaillo y su primo Ángel Vaillo, los tres nietos del preso muerto, llegaron desde Alicante y Valencia junto con otros tres familiares. "Nuestro abuelo era juez de paz y alcalde de Almoradí, un pueblo de Alicante", recuerdan. Fue su nieto Ángel Vaillo quien "tiró del hilo" hasta dar con él. "Supimos que estaba preso y que murió pero no sabíamos dónde. Mi madre sabía que lo visitó en un sitio en el que había mucha nieve, pero nada más", explica Carmen Andreu. "Finalmente, hace unos dos años nos comunicaron que estaba aquí. Es una ilusión tremenda recuperar a alguien que no sabíamos dónde estaba", añade.
Ángel Vaillo murió en 1945 dejando atrás tres hijos. "Mi madre siempre ha tenido adoración por su padre y, ahora, a los 87 años, esto le hace mucha ilusión", afirman.
Manoli Garrido resumió con la voz entrecortada el deseo de todas las familias: "Lo único que espero es que esto no vuelva a ocurrir, que no se vuelva a repetir".

http://www.diariodenavarra.es/20100613/navarra/recuperar-al-padre-67-anos-despues.html?not=2010061302025849&idnot=2010061302025849&dia=20100613&seccion=navarra&seccion2=sociedad&chnl=10


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